La Toxina Botulínica, comúnmente conocida como “Botox”, es el tratamiento estético más conocido en todo el mundo. Las celebridades han sido durante mucho tiempo fans y devotos, convirtiendo el tratamiento en un nombre familiar desde que entró por primera vez en el mercado en 1989.

Se trata de una proteína neurotóxica que actúa sobre el sistema nervioso. Cuando se inyecta en un músculo, lo paraliza temporalmente. Se utiliza sobre todo en la parte superior del rostro y es una excelente herramienta antienvejecimiento. Cuando se inyecta en los músculos faciales responsables de la expresión, la consiguiente parálisis de los músculos impide que se formen o profundicen líneas finas y arrugas. El resultado es un aspecto terso, joven y fresco.

A muchos clientes les preocupa que las inyecciones de Botox les dejen con un aspecto poco natural y sin ninguna expresión facial. Sin embargo, en manos de un inyector experto, el Botox puede minimizar las arrugas y mantener el movimiento de la cara, con lo que se consigue un aspecto muy natural.

Dado que el Botox se usa para paralizar temporalmente los músculos, también se emplea en otras zonas del cuerpo para lograr diversos resultados. Por ejemplo, en el músculo masetero se usa para prevenir las migrañas y el rechinar de los dientes, en las axilas para reducir la sudoración del 82-87% aproximadamente y en el músculo labial superior para corregir una sonrisa gingival, entre otros.

¿Cuándo hay que hacerse tratamientos de Botox?

El Botox es una medida preventiva, no un tratamiento para las arrugas profundas. Por lo tanto, debe empezar a someterse a tratamientos de Botox en cuanto note líneas finas y arrugas mientras su cara está en estado de reposo. Esto suele ocurrir en torno a los 25 años, aunque varía de una persona a otra en función de la genética y el estilo de vida. Las personas genéticamente más propensas a las arrugas, que además fuman y se han expuesto mucho al sol, necesitarán el tratamiento antes. En cambio, una persona con una inferior tendencia genética a las arrugas, que mantenga una buena rutina de cuidado de la piel y se proteja del sol, podrá esperar más tiempo.

Recurrir a las inyecciones de Botox demasiado tarde cuando ya se tienen arrugas profundas implica que el tratamiento no sea tan eficaz para lograr los resultados que se esperan. Aunque el Botox mejorará su aspecto hasta cierto punto, no puede revertir las arrugas, sino evitar que se formen. En estas circunstancias, debe recurrirse al relleno dérmico para disimular el aspecto de las arrugas más marcadas y rellenar las líneas de expresión profundas.

¿Cuánto duran los resultados?

Los resultados duran entre 4 y 5 meses, dependiendo de la persona. Las personas con músculos faciales más fuertes notarán que los resultados no duran tanto, mientras que las personas con músculos faciales más débiles podrán esperar más tiempo entre tratamientos. Cuantos más tratamientos se realicen, más durarán los resultados, ya que los músculos se debilitan gradualmente.

La importancia de acudir a un profesional estético con experiencia.

Debido a la complejidad del tratamiento, es importante acudir a un profesional experimentado y altamente cualificado para que le administre el tratamiento de Botox. El profesional debe tener un conocimiento profundo de la anatomía facial, para asegurarse de que se tratan los músculos correctos. Un profesional con poca formación puede inyectar los músculos o la zona muscular equivocados, dejando a su cliente con complicaciones como la ptosis de cejas. Si se inyecta demasiado Botox en una zona demasiado lateral de la frente, se puede bloquear por completo el músculo frontal y provocar una caída de las cejas, con resultados antiestéticos. Como no existe ningún tratamiento para revertir el efecto del Botox, en este caso tendrá que esperar a que el efecto del Botox desaparezca gradualmente. Si se asegura de investigar a fondo a su especialista antes de reservar el tratamiento, evitará complicaciones y resultados antiestéticos, y obtendrá el aspecto hermoso e impecable que desea.

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